Ayer fue convocada por las instituciones separatistas una manifestación en Barcelona con motivo del acto de guerrilla ocurrido en las Ramblas, en el que murieron 15 personas, todas occidentales.
Acudieron todos los partidos políticos, además del coronado.
Se contrató a un diseñador para el logo de la manifestación, que decía “Barcelona, no tinc por”, siendo la L un crespón negro. Se repartieron flores entre los transeúentes con los colores de la bandera de Barcelona, se instaló un escenario en la meta de la manifestación desde el que se hizo el manifiesto final a cargo de Rosa María Sardá y de la portavoz de la asociación mahometana anti racista (curiosa paradoja) Ibn Batuta; por supuesto apareció ataviada con el pañuelo cubriendo su cabeza. Ambas recitaron versos de García Lorca, Pau Casals y José María Segarra (vamos, unos ejemplos muy acordes con lo que se pretendía), y se hizo un alegato contra la islamofobia y a favor del amor, de la diversidad, de la multiculturalidad (es decir a favor de la invasión y de que la guerra continúe, sin defendernos)
Allí se congregó la “flor y nata” de la política anti española, democrática liberal relativista, así como la del separatismo catalán, sin olvidar asociaciones anti racistas, el islam denominado “moderado” y el coronado. Además de la borregada independentista y la borregada de la marca España.
Todo un conglomerado multicolor y diverso, propio de la más irracional sociedad española, que demostró lo podrida y enferma que está. Aniquilada completamente, hundida y desplomada; servil e indigna.
Y como no podía ser de otra manera, los secesionistas agrediendo verbalmente a los que portaban la bandera de España, los “españolistas democrateros” indignados por hacerles retirar pancartas y ser abucheados. Un espectáculo bochornoso, ridículo. Todo aquel que acudió a ese aquelarre se merece lo que está sucediendo, porque se puede ser tonto, pero ¿tanto?.
El presidente del des-gobierno de España, Rajoy, hizo un llamamiento a la unidad de las fuerzas políticas en la manifestación; con esa habitual hipocresía, pues cualquier español con dos dedos de frente sabe que la unidad de las fuerzas políticas ya existe. Todos pretenden lo mismo, todos están regalando España al islam. Desde la corrupta política española no se hace más que seguir el plan masónico-sionista dictado por el poder mundialista, a través de la masona Unión Europea. Y Rajoy es uno de sus esclavos, como cualquier otro.
El postureo de esa manifestación no tenía otra finalidad que la política. Por parte del PP agitar a la borregada secesionista para obtener rédito en clave de apoyo de sus votantes (victimismo, se llama) y por parte de los demás, reivindicar sus paranoias secesionistas. En definitiva, tanto unos como otros, dejaron los enfrentamientos en manos de la masa que acudió. Y el pueblo, aborregado, se dejó usar.
Desde luego, ninguna solución al problema clave. Seguimos igual que antes, cada uno retirado a su choza y misión cumplida.
Las consecuencias las observamos en las redes sociales, mediante las que se expresa la indignación de esos españolitos democráticos, aturdidos y escandalizados, por los abucheos de los secesionistas. ¿Y qué se esperaban? El que se mete en la pocilga, ya sabe lo que le espera. Y si voluntariamente pretenden formar parte de ese circo chabacano que se convocó bajo el lema #no tinc por (que no se dignaron ni a hacerlo en español), tendrán que tragar con lo que venga. ¿O acaso creían a estas alturas que la manifestación tenía unas verdaderas connotaciones de protesta contra el acto de guerra ocurrido en las Ramblas? ¡Por favor! Despierten!!!
Las víctimas les traen al pairo a esta castuza política. Ellos son tan o más responsables que los que ejecutaron a los viandantes. La castuza permite, consiente, aprueba, legisla a favor de la invasión. Las ayudas sociales, las prebendas, las prestaciones sanitarias, escolares, laborales….son destinadas para los extranjeros (legales e ilegales), mientras los españoles no reciben nada. Somos utilizados para pagar impuestos que son destinados a mantener a todo parásito que entra. ¿Quién es el responsable de todo esto? ¿El ISIS?
Responsables son todos los partidos, las instituciones, los organismos europeos y mundiales…..Contra eso hay que luchar. Y si no se quiere combatir, como mínimo que no se colabore en el espectáculo. Como mínimo, que no se mancille la bandera de España llevándola a un acto de este tipo. ¡Borregos!
Mientras tanto, mientras los españolitos de marca España les hierve la sangre porque los secesionistas abuchean al coronado y a Rajoy (menudos personajes ejemplares ambos), pierden de vista que hay alguna plataforma y partido que sí defienden los verdaderos valores españoles y se manifiestan en contra de la invasión. Y en contra de las políticas favorecedoras a los invasores y perjudiciales para los españoles. Pero son denostados, por los mismos españolitos de marca España; son denostados por ser “fascistas”. Repiten un mantra ya impregnado en sus huecos cerebros, sin entender ni siquiera lo que dicen; repiten, repiten como ovejas balando.
Democracia Nacional se manifestó el viernes 18 de agosto, para defender España, la tierra, la cultura, el cristianismo, la herencia…..Es decir, se honraba verdaderamente a los muertos en las Ramblas. Porque solo hay una manera de presentarles el respeto y es defendiendo una Europa libre de invasión, conservando lo nuestro.
Esta manifestación se desarrolló con muchas dificultades; y los medios de comunicación manipularon vilmente el objetivo. No interesaba al sistema. Decir la verdad no interesa y todo aquel que tenga la osadía de transmitirla es automáticamente aniquilado.
Hogar Social ha sido denunciado por ong’s izquierdosas, bajo la acusación de ser una organización criminal. No perdonan que se exigiera el cierre de una mezquita en Granada, ni que se preocupen por ayudar a los españoles, que son los que verdaderamente están necesitados de las ayudas sociales, puesto que no llegan, ya que se derivan a los extranjeros. Si así fuera, se les acabaría el negocio; las mafias de las ong’s solo quieren seguir nutriéndose de la mentira.
La verdad subyace y nadie quiere verla; se prefiere acudir a espectáculos dirigidos, manipulados, con finalidades ya prefijadas por los convocantes. Se prefiere participar de ese “orden democrático” para ser parte de la masa y no quedarse aislado. No se quiere escuchar, es demasiado laborioso ponerse a pensar, se vive mejor en la ignorancia y conducido como un rebaño; luego un bar, una caña y risas tontas, emoticonos ridículos en las redes sociales y a dormir a pierna suelta mientras España se muere.
Cuando el sabio señala la luna, el tonto mira el dedo.
Y España está plagada de tontos.